viernes, 22 de septiembre de 2017

¿Qué? ¿Estoy embarazada?



Qué sensación tan increíble e inexplicable es volver a estar embarazada después de 5 años buscando un hermano para Ximena. Ha sido toda una aventura, y eso que apenas llevo 4 meses del bello camino de 40 semanas.

Desde el comienzo fue algo inesperado, yo resignada por tantos intentos, tantos tratamientos y medicamentos. Estaba a un mes de entrar a la carrera de mis sueños en la escuela de mis sueños; por fin lograba lo que me había propuesto desde hace tanto tiempo. 

Llegó la noche y Gabo estaba ahí acostado a mi lado preparado para descansar después de uno de esos días tan pesados que suele tener en el trabajo; yo a un lado imaginando mi primer día de clases y pensando en todas las cosas que me esperaban en la UAA. 

En ese momento, me invadió una duda, ¿Qué pasaría si quedo embarazada a la mitad de la carrera? Por supuesto que mi prioridad es siempre estar al pendiente de mi hija, por lo que no me costó trabajo saber que si me embarazaba, tendría que salirme de mi cuarto intento de carrera. Pero yo sabía que mi corazón no podría resistir otro fracaso. Por lo anterior, decidí decirle a Gabo que ya no quería mas bebés, que debíamos cuidarnos, o en el caso mas extremo, operarnos.
No fue sino hasta el día siguiente que, mientras lavaba unos trastes comencé a hacer cuentas respecto de mi periodo. Mi sorpresa en ese momento es indescriptible, ¡Tenía más de un mes y medio sin que mi periodo llegara! Le dije a Gabo acerca de mis dudas respecto al día exacto que me bajó, a lo que el un tanto escéptico me sugirió hacerme una prueba de embarazo. Al principio me reí, pero sabía que no era normal que tardara tanto en llegar mi periodo.

A media mañana, fui a la prepa petróleos a llevar a Carla a ensayar para su fin de curso, y mientras esperaba en una lonchería frente a la escuela a que finalizara el ensayo, recordé mi tarea pendiente; la prueba. Fui directamente a la farmacia y solicité la prueba sin nada de emoción, sin siquiera comprender lo que estaba por suceder.
Me dirigí a la casa de mi abue Raquel para hacer la prueba y estando en el baño hice lo que acostumbraba cada que iba a hacerme una prueba: recé por que fuera la voluntad de Dios y pedía que fuera positiva. Pero mi sorpresa fue inmensa cuando en efecto, DIO POSITIVA.